Un conductímetro es un dispositivo que mide la conductividad eléctrica de una solución. Las sustancias o sales disueltas en el agua determinan el grado de conductividad de una solución. A medida que aumenta el número de iones disueltos, también aumenta la conductividad eléctrica de la solución, es por este motivo que el agua destilada no es un buen conductor eléctrico.
Un conductímetro consta de una sonda que mide la conductividad. Una pequeña corriente eléctrica fluye entre dos electrodos colocados a cierta distancia, normalmente alrededor de 1 cm. Si hay una concentración elevada de iones en la solución, la conductividad es alta, lo que facilita el paso de la corriente eléctrica de un punto a otro. Sin embargo, cuanto más pequeña es la concentración de iones, más difícil es el paso de la corriente eléctrica de un electrodo a otro, lo que significa que la conductividad es baja.
El medidor de conductividad es un instrumento del control esencial que se utiliza en una variedad de campos para medir la conductividad eléctrica de las soluciones. Algunos ejemplos incluyen:
Industria del agua:
Para medir la pureza del agua en sistemas de tratamiento de agua, agua potable y aguas residuales
Laboratorios:
Para medir la conductividad eléctrica de soluciones utilizadas en investigaciones científicas
Agricultura:
Para controlar la conductividad eléctrica de los suelos, cultivos hidropónicos (cultivo de plantas sin suelo) y soluciones de riego
Industria alimentaria:
Para medir la pureza de los productos alimenticios, como la leche y los zumos
Para controlar el contenido de nutrientes, sales o impurezas en el agua de los estanques, ríos y granjas marinas para la acuicultura (cría de especies acuáticas)