Una de las opciones más obvias y cada vez más populares es el auge del vehículo eléctrico (VE). Solo en el Reino Unido, en 2020 el gobierno se comprometió a eliminar progresivamente los coches nuevos de gasolina y diésel para 2030, y a que los nuevos coches y furgonetas tengan cero emisiones para 2035[4].
Estupendo. Problema resuelto. Oigo vuestra ovación... pero aún quedan retos por afrontar antes de que todos podamos respirar tranquilos (literalmente). Por ejemplo, ¿todos pueden cargar sus vehículos eléctricos sin problemas? Se necesita tener una gran infraestructura de carga para satisfacer las necesidades del país. El Reino Unido ya ha invertido más de 2000 millones de libras para fomentar los vehículos de emisiones cero, con una estrategia que prevé la creación de una red de recarga de vehículos eléctricos, con 300 000 estaciones de carga públicas para 2030.
Ahora bien, antes de que os apresuréis todos a conectar un nuevo vehículo eléctrico, plantearos estas preguntas: ¿Puede la red eléctrica británica soportar una infraestructura para VE? Y, lo que es más importante, ¿cuál es la fuente de electricidad que alimentará esos puntos de carga? ¿Cómo de sostenible es?
La buena noticia es que la red eléctrica del Reino Unido está diseñada para hacer frente a los picos y valles de la demanda de energía a lo largo del día y del año, con suficiente capacidad de reserva para asumir cómodamente el aumento que suponen los VE, sobre todo porque la mayoría se cargarán por la noche, cuando la demanda es más baja.
En cuanto a la sostenibilidad, todavía queda trabajo por hacer. Si echamos un vistazo a la publicación UK Energy in Brief de 2022, veremos que el 45 % de la electricidad del Reino Unido en 2021 todavía se generaba a través de fuentes tradicionales e insostenibles como el gas, el petróleo y el carbón, con el 39 % procedente de fuentes más sostenibles como la energía hidráulica, eólica y solar. Así, si la principal fuente de energía para generar electricidad sigue siendo la quema de combustibles fósiles, ¿son los VE tan sostenibles como pensábamos?... y eso sin entrar en otras consideraciones como la minería de litio para baterías.
Sin embargo, dejando a un lado todas estas consideraciones, los vehículos eléctricos pueden ser hasta un 70 % más eficientes energéticamente que sus homólogos de diésel y gasolina. De hecho, los coches diésel no llegan al 40 % de eficiencia energética, mientras que los motores de combustión desperdician o pierden el 50 % de la energía de su combustible. Y no solo eso, los vehículos eléctricos son mucho mejores para el medio ambiente, ya que emiten menos contaminantes tóxicos y gases de efecto invernadero. La investigación realizada por la Agencia Europea de la Energía ha puesto de manifiesto que, incluso teniendo en cuenta cómo se genera la electricidad, las emisiones de carbono de los vehículos eléctricos son hasta un 30 % inferiores a las de los vehículos de gasolina o diésel.
¿Y la velocidad? Bueno, no subestimes la alternativa eléctrica. Hay muchos coches que pueden competir con los de gasolina y diésel, desde el Porsche Taycan que alcanza 97 km/h en 2,4 segundos y una velocidad máxima de 261 km/h, hasta el Rimac Nevera que alcanza 97 km/h en 1,74 segundos y una velocidad máxima de 415 km/h. Demasiado, pero la cuestión está clara.