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      • Publicado 30 nov 2023
      • Última modificación 1 dic 2023
    • 7 min

    La importancia de los equipos de protección individual para la industria alimentaria

    En esta guía te explicamos la importancia de los equipos de protección individual (EPI) en la industria alimentaria y su normativa reguladora.

    EPI industria alimentaria

    En el sector de la industria alimentaria se utilizan una amplia variedad de equipos de protección individual para minimizar el efecto de accidentes. Estos equipos también permiten preservar los aspectos sanitarios y la buena higiene, disminuyendo los riesgos de salud tanto para los operarios como para el público consumidor. Recientes experiencias en el tema de salud pública lo evidencian, como los casos de contaminación cruzada o la incidencia de salmonelosis.

    Por tanto, y teniendo en cuenta que la industria alimentaria es una actividad esencial en la sociedad actual, es importante tomar precauciones para prevenir tanto los incidentes relacionados con la higiene como accidentes laborales propios de las actividades de la industria. 

    De igual forma, la exposición de los trabajadores a diferentes agentes químicos y biológicos hace que sea imprescindible proporcionarles equipos de protección de alta calidad.

    En esta guía te explicamos los puntos clave sobre estos equipos de protección individual en la industria alimentaria y las normas relativas a su uso.

    Riesgos para los trabajadores en la industria alimentaria

    Los riesgos que pueden sufrir los trabajadores de la industria alimentaria se enmarcan en los siguientes tipos: 

    • Mecánicos.
    • Químicos.
    • Biológicos.
    • Térmicos.
    • Exposición prolongada a la humedad o a ambientes refrigerados.

    Se incluyen otros riesgos que también son comunes en otras industrias, como los movimientos repetitivos, las abrasiones, las quemaduras, las caídas y las posturas antiergonómicas.

    Debemos mencionar que las consecuencias de un accidente, incluso de poca magnitud, pueden llegar a ser serias. 

    A los problemas de salud que la falta del EPI adecuado puede generar al operario, hay que sumarle los problemas de salud que pueden enfrentar los consumidores, por ejemplo, a causa de un alimento que no se ha manipulado correctamente porque el trabajador no disponía del equipo de protección necesario.

    Todo esto, además de consecuencias para el ser humano, también genera pérdidas para las empresas. Afecta al volumen de producción, a las ventas y a la imagen de la compañía.

    EPI y limpieza en la industria alimentaria

    Normas sobre seguridad alimentaria

    Para mitigar los riesgos descritos arriba contamos con normativas como la ISO-22000, cuyo objetivo es promover la inocuidad de los alimentos. Esto se logra siguiendo un conjunto de reglas y requisitos resumidos en 10 capítulos, cuya aplicación asegura que el procesamiento de los alimentos se efectúe de forma segura para el consumo humano.

    En esta normativa destacan los PPR o programas de prerrequisitos: un ejemplo de un PPR es el sistema de control de temperatura que garantiza una temperatura adecuada y constante para la preservación de los alimentos. Otro ejemplo es la implementación de un sistema de trazabilidad para poder rastrear el origen de los alimentos en caso de un problema de seguridad alimentaria.

    Esta normativa, por tanto, está vinculada a los procesos y la calidad en la industria alimentaria.

    Por otra parte, el Real Decreto 1076/2021 busca proteger los derechos laborales de los trabajadores y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos. Este decreto introduce, principalmente, el proceso de evaluación de riesgos en la determinación de las características de los EPI, entre otras actualizaciones.

    Las regulaciones oficiales más recientes a este respecto se encuentranen el BOE (Boletín Oficial del Estado) en este enlace.

    Tipos de EPI para la industria alimentaria

    Los EPI en la industria alimentaria protegen a los operarios y trabajadores durante las diversas actividades que realizan diariamente, además de evitar la contaminación de los productos finales. Veamos algunos ejemplos.

    Ropa técnica

    Ropa de protección técnica

    Entre la ropa de protección técnica encontramos gorros, delantales, mangas, monos y trajes desechables. Protegen la piel de los trabajadores contra agentes químicos, biológicos o salpicaduras de fluidos animales o vegetales.

    En ambientes refrigerados protegen contra el frío y, en actividades con riesgo de exposición a fluidos a alta temperatura (como el vapor), proveen cierto grado de protección. También protegen de forma general contra rasguños y cortes.

    Asimismo, evitan la contaminación de ambientes controlados. Con la ropa de protección se evita el uso del vestuario común de los trabajadores.

    Protección respiratoria

    Protección respiratoria

    Los equipos de protección respiratoria filtran y purifican el aire de partículas, gases nocivos y otros elementos, evitando que el operario se exponga a ellos. Se utilizan de forma frecuente a la hora de higienizar con productos como cloro y desinfectantes de uso industrial, para evitar intoxicaciones y reacciones alérgicas, entre otros problemas de salud. 

    Protegen también contra situaciones en las que, por ejemplo, el operario estornuda o tose sobre los alimentos y se proyectan microgotas que pueden contener gérmenes, bacterias o virus. Su uso se contempla en la norma EN 149:2001.

    Guantes desechables o reutilizables

    Los guantes protegen principalmente de cortes, rasgaduras, golpes, exposición a agentes químicos o biológicos, quemaduras, circuitos eléctricos en ambientes húmedos y bajas o altas temperaturas (entre otros).

    Constituyen una barrera física altamente eficaz durante la manipulación de los alimentos para evitar su contaminación. Su selección depende del tipo de labor que se esté realizando.

    Son uno de los EPI más utilizados en la industria alimentaria, junto con las máscaras o mascarillas y las redecillas o mallas para el cabello. Su norma reguladora es la EN ISO 21420.

    Calzado de seguridad

    Calzado de seguridad

    Entre el calzado de seguridad encontramos cubrezapatos, zapatillas o botas. Son uno de los principales equipos de protección individual en la mayoría de las industrias, entre las que se incluye la alimentaria.

    Evitan laceraciones y pinchazos en los pies, reducen la exposición prolongada a la humedad y protegen contra la caída de materiales, así como de resbalones o caídas del personal. Su norma reguladora es la EN ISO 20345.

    Protección auditiva

    Protección auditiva

    Entre los protectores auditivos encontramos, principalmente, orejeras y tapones. Protegen contra los ruidos, ya que la maquinaria empleada en la industria alimentaria suele ser ruidosa; pero también son efectivos contra la exposición a elementos que pueden generar infecciones o afecciones fúngicas en los canales auditivos.

    Esta situación puede ocurrir en ambientes muy húmedos, relativamente común en la industria alimentaria, o en los que hay agentes en suspensión, como cámaras de curado de embutidos. Su uso se contempla en la norma UNE-EN 352-1:2003.

    Protección ocular

    Protección ocular y facial

    Para la protección ocular se pueden usar gafas o pantallas faciales. Protegen frente a elementos que pueden estar flotando en el ambiente, salpicaduras de líquidos a presión e impactos severos de partículas u otros elementos extraños.

    Durante el procesamiento de la carne, por ejemplo, protegen los ojos contra las astillas de hueso que pueden saltar al cortar una pieza, o contra las salpicaduras de productos químicos o fluidos animales (que pueden provocar reacciones alérgicas o infecciones). La normativa que rige el uso de estos equipos de protección individual en la industria de alimentos y bebidas es la UNE-EN 166:2002.

    Protección complementaria a los EPI: limpieza e higiene

    El uso de los diferentes tipos de EPI en la industria alimentaria debe complementarse con medidas como la limpieza e higiene de los equipos, así como la higienización y saneamiento general de los ambientes y entornos de trabajo.

    El objetivo es eliminar los agentes contaminantes (como las bacterias, los virus, el polvo o la suciedad) para reducir al máximo los riesgos tanto para los consumidores como para los trabajadores.

    Se recomiendan acciones como la elaboración de planes de limpieza y desinfección de las superficies de las máquinas, los utensilios, los envases y los equipos de manipulación de alimentos.

    De igual forma hay requisitos y protocolos específicos según el tipo de alimento que se prepare (alimentos frescos, congelados, envasados o preparados).

    También es importante mencionar que los productos químicos empleados en la limpieza y desinfección deben ser seguros para los alimentos, así como la importancia de evitar la contaminación cruzada.