Los riesgos que pueden sufrir los trabajadores de la industria alimentaria se enmarcan en los siguientes tipos:
- Mecánicos.
- Químicos.
- Biológicos.
- Térmicos.
- Exposición prolongada a la humedad o a ambientes refrigerados.
Se incluyen otros riesgos que también son comunes en otras industrias, como los movimientos repetitivos, las abrasiones, las quemaduras, las caídas y las posturas antiergonómicas.
Debemos mencionar que las consecuencias de un accidente, incluso de poca magnitud, pueden llegar a ser serias.
A los problemas de salud que la falta del EPI adecuado puede generar al operario, hay que sumarle los problemas de salud que pueden enfrentar los consumidores, por ejemplo, a causa de un alimento que no se ha manipulado correctamente porque el trabajador no disponía del equipo de protección necesario.
Todo esto, además de consecuencias para el ser humano, también genera pérdidas para las empresas. Afecta al volumen de producción, a las ventas y a la imagen de la compañía.