"Será difícil convencer a algunas de las empresas más pequeñas, donde puede haber más resistencia al cambio y falta de capital para invertir en tecnología, o donde las ganancias no necesariamente harían que esa inversión valiera la pena a corto o medio plazo", añade el experto, "sin embargo, las grandes compañías están impulsando el cambio y, si las pequeñas quieren formar parte de la cadena de suministro global, tendrán que tener la capacidad de adaptación", concluye.
Jeffers opina que es crucial para las compañías considerar los procesos de mantenimiento como una parte del calendario global de gestión de activos de producción. "El mantenimiento podría ser una parte del modelo de gestión integral de los activos, que incluye la forma de comprarlos, utilizarlos y desecharlos. Esto, junto con el mantenimiento, requiere una estrategia que tú y tu equipo podéis elaborar de manera que todo el mundo sepa cuáles son sus objetivos".
Además, añade, "si por ejemplo tienes un activo que está llegando al final de su vida útil y está a punto de convertirse en material de desecho, es posible que quiera optar por un enfoque de 'funcionamiento hasta fallo' y exprimirle hasta la última gota antes de sustituirlo. Sin embargo, si tienes un activo a mitad de su vida útil, quizá prefieras reforzar el mantenimiento preventivo para prolongar su funcionamiento y reducir en lo posible las paradas no planificadas".