Bombeo de agua
El proceso de bombeo de agua se emplea en una gran variedad de industrias: metalúrgica, alimentaria, agrícola o textil, entre otras.
Entre los principales componentes de una bomba se encuentran los rodamientos, que soportan el eje rotativo. De presentar algún exceso de fricción o indicios de gripado, se generaría un incremento de la temperatura, el cual podría detectarse de forma temprana mediante la termografía infrarroja o incluso a través de revisiones periódicas de las vibraciones.
En algunos casos, la maquinaria lleva incorporados sensores de temperatura que indican este incremento en un panel de control. El aumento de la fricción incide negativamente en la eficiencia energética de los equipos de bombeo.
Calentamiento
El calentamiento se utiliza (entre otras muchas aplicaciones) para cocinar, esterilizar o deshidratar alimentos y para trabajar con pinturas, cerámicas, barnices y plásticos.
La generación y transferencia del calor se pueden automatizar midiendo el desempeño de los equipos. La termografía infrarroja es una tecnología que puede utilizarse para este propósito.
Esta técnica posee grandes capacidades de detección de fugas de calor, lo cual favorece la mejora de la eficiencia energética.
Refrigeración
De forma análoga al proceso anterior, la refrigeración se utiliza ampliamente en multitud de industrias, especialmente en la alimentaria.
Las cámaras de termografía infrarroja pueden detectar fallos en los revestimientos aislantes. Los defectos se pueden detectar buscando gradientes de temperatura, que son zonas donde la temperatura cambia de un punto a otro. También se pueden utilizar sensores de temperatura para detectar fallos.
Actualizaciones tecnológicas y eficiencia: iluminación
La iluminación moderna en el área industrial ha evolucionado a pasos agigantados con el desarrollo y la implementación de la tecnología LED como principal fuente de iluminación.
El ahorro de energía eléctrica al reemplazar los focos convencionales de filamento de tungsteno por las luces LED ha sido considerable.
Una gran parte de la energía utilizada por los focos convencionales se presenta en forma de calor. Para disipar este calor, es necesario instalarlas con espacio suficiente entre ellas. Esto hace su instalación más costosa y, además, el calor supone un riesgo de incendio adicional.
Su mantenimiento también es más costoso por los componentes adicionales. Gracias a la capacidad actual del manejo de la luz solar con fibra óptica, es incluso posible usarla en puntos de trabajo mediante colectores especiales en el techo de las instalaciones; esto permite transmitirla varios metros más abajo.
De igual manera, las labores de inspección visual se han beneficiado en gran medida de la eficiencia energética de las baterías y las lámparas modernas.