Guía 8 megatendencias tecnológicas
La gran inteligencia artificial
Todos hemos oído hablar de la IA, o "inteligencia artificial" en su versión extendida, pues llevamos décadas viéndola en películas y libros de ciencia ficción. Básicamente, se trata de una recopilación de algoritmos de software que realizan acciones que normalmente requieren una interfaz de inteligencia humana. Estas acciones suelen consistir en la toma de decisiones, el reconocimiento de voces, la percepción visual o la traducción de idiomas.
El término IA abarca diferentes directrices. Una de ellas es el aprendizaje automático, que se centra en desarrollar programas que puedan aprender por sí mismos a entender, razonar, asimilar, planificar y realizar acciones al verse expuestos a nuevos estímulos de datos. Al combinarla con el impresionante crecimiento de la robótica, con robots humanoides que pueden comunicarse y aprender de la interacción humana, se trata de un concepto que asusta.
Una realidad aumentada
Los orígenes de la RA se remontan a 1968, año en el que Ivan Sutherland desarrolló el primer sistema de casco de realidad virtual, hasta llegar a los años 90, cuando se acuñó y desarrolló el término "realidad aumentada". Básicamente, se trata de una capa digital de información y datos visuales sobre una imagen en directo del mundo físico que ayuda a mejorar la tarea que se está realizando.
Puede consistir en mostrar un producto, como un motor DC, en el lugar adecuado, o puede formar parte de un videojuego. El proceso de aumento se obtiene a través de diversas tecnologías, como cámaras que examinan y determinan la ubicación del usuario con GPS, o tabletas y dispositivos móviles para mostrar la capa de la versión aumentada. Es una tecnología muy útil que sin duda va a prosperar en los próximos años en diversos sectores comerciales y de ocio.
El universo del dron
El término "dron" nos trae a la mente un dispositivo militar de control remoto cargado de armas, o quizás un quadrotor más pequeño que solo incluye una cámara. Básicamente, los drones son vehículos no tripulados que se mueven sin un piloto humano a bordo. Los drones se pueden controlar de manera remota, o bien operarse según un plan predeterminado programado anteriormente.
Amazon y UPS han estado experimentado en un sistema de entrega con drones, por lo que si un proyecto así llega a despegar (perdón por el juego de palabras), ¿cuánto tardaríamos en verlos secuestrados por su carga útil o hiriendo a los peatones al caer al suelo? Dicho esto, los drones están aquí para quedarse y será interesante ver hacia dónde va esta tecnología. Una breve visita a YouTube basta para descubrir prototipos de vehículos y drones experimentales para el traslado de pasajeros.
A vueltas con la cadena de bloques...
Parece que el término "cadena de bloques" esté en todas partes hoy en día. En términos generales, una cadena de bloques (del inglés blockchain) es una base de datos electrónica compartida que incorpora un software muy inteligente para registrar y supervisar las transacciones. Todos estos eventos y transacciones se comparten entre todas las partes conectadas a la misma cadena de bloques, y la información que se introduce no se puede modificar. Esta tecnología puede cambiar muchos sectores gracias a sus posibles aplicaciones gubernamentales, en la sanidad, la distribución, etc. Sin embargo, muchas de las tecnologías detrás de las cadenas de bloques no están lo suficientemente desarrolladas ni reguladas, por lo que hay que tener cuidado si nos adentramos en este campo. El tiempo probablemente resolverá todos los misterios que suscitan las cadenas de bloques, cuya aplicación no es sencilla para todos.
Internet de las cosas, o eso parece
IoT e IIoT son acrónimos que podemos encontrar en todas partes. Explicado de manera sencilla, se trata de una red de dispositivos, como motores, robots de líneas de producción, etc., que se integran con capacidades de red, informática, software y sensores. Todos estos dispositivos conectados pueden recopilar e intercambiar datos por Internet, Bluetooth y NFC si están lo suficientemente cerca, por lo que se pueden supervisar o controlar de manera remota. El Internet de las cosas ayuda a crear una réplica digital del dispositivo real del que obtiene la información, así como a responder a los cambios y proporcionar datos de rendimiento valiosos. Estos datos se pueden usar con diversos fines, desde una impresora que realiza sus propios pedidos de suministros hasta un motor dentro de una línea de producción que avisa de que uno de sus cojinetes está fallando. Se dice que en 2020 habrá miles de millones de dispositivos conectados en todos los ámbitos de la vida, por lo que parece que no hay nada capaz de detener al Internet de las cosas.
El reinado de los robots
Los robots llevan décadas en el sector de la fabricación, sin dejar de mejorar y evolucionar, y lentamente van sustituyendo a sus homólogos humanos y trabajando junto al IIoT. Ya estamos en la era de las "fábricas oscuras" inteligentes y cada vez hay más máquinas que controlan otras máquinas e incluso organizan su propio mantenimiento. ¿Hay sitio para todos los empleados que parecen destinados a quedar relegados? El tiempo lo dirá, ya que, por ejemplo, todavía se necesita a personas que reparen estos robots... por hora. Internet está inundado de modelos de robots, algunos aterradoramente humanos, que pueden, en cierta medida, mantener conversaciones y aprender de su interacción con la humanidad. El profesor Stephen Hawkins expresó su miedo de que, al combinarlos con la inteligencia artificial, podamos estar a punto de provocar nuestra propia desaparición si no tenemos cuidado. Sabias palabras.
Cerca del borde
Junto con el crecimiento masivo del Internet de las cosas que vimos más arriba, el término "Edge Computing" estará cada vez más presente durante los próximos años. El Edge Computing permite procesar los datos generados por dispositivos conectados mediante IoT cerca del sitio donde se capturan los datos, en lugar de enviarlos a través de extensas redes hasta plataformas de almacenamiento para su tratamiento posterior. Se trata de una red de centros de microdatos que procesan la información localmente antes de enviarla a un centro de datos central o a la nube. Al procesar los datos más cerca del borde de la red de IoT, las organizaciones pueden analizar e interpretar los datos recopilados casi a tiempo real. El procesamiento en tiempo real reduce la latencia y permite acelerar el tiempo de respuesta de muchas organizaciones para las que el tiempo es primordial, como sucede en los sectores de las finanzas, fabricación, sanidad, telecomunicaciones, etc.
Una realidad virtual
La RV es, básicamente, una simulación generada por ordenador de un entorno completo con el que los usuarios pueden interactuar. Para ello, necesitan un casco, como el Oculus Rift o similar, para interactuar con la realidad virtual, e incluso se están creando trajes enteros para una experiencia de inmersión real. En los próximos años, podemos esperar que la realidad mixta (la combinación de RA y RV) pase al primer plano, ya que la combinación de ambas supone una evolución evidente con multitud de aplicaciones potenciales en varios sectores.
Una vez más, la ciencia ficción nos muestra un adelanto del futuro: Ready Player One, una novela de Ernest Cline, se ha trasladado a la gran pantalla y pronto estará en los cines. Esta película muestra un futuro distópico en el que la gente puede cumplir sus fantasías, o quizás se trate de la única experiencia real a la que pueden aferrarse, en un mundo virtual. Sin duda, muy recomendable.