Cuando nació Sol, el primer hijo de Ben Ryan, a sus 10 días de edad, su padre ya sabía que iba a perder el brazo, por eso, desde el principio se puso manos a la obra para proporcionarle una solución, teniendo en cuenta que su problema no tenía demasiadas posibilidades a su temprana edad. Lo que él todavía no sabía era cómo su idea innovadora iba a cambiar la vida de muchos niños en el mundo entero.

Sol perdió su brazo rápidamente después de su nacimiento en marzo de 2015.

Inmediatamente, Ben comenzó a investigar todo lo relacionado a amputaciones de brazos y sus posibles prostéticos. Y pronto descubrió que los brazos prostéticos que había, no iban a estar disponibles hasta que su hijo cumpliera 1 año. Esto, es debido a los patrones de crecimiento que los niños tienen a esta época de su vida - incluso con un año de edad, los brazos artificiales eran puramete cosméticos, es decir, no disponen de funcionalidad de agarre o sujección alguna. Solamente cuando Sol cumpliera 3 o 4 años de edad podría disponer de un brazo mioeléctrico funcional impulsado por pilas.

Ben estaba seguro de que los 3 primeros años eran los más críticos para que Sol desarrollara sus habiliadades de aprendizaje más críticas, así como el impacto que esto iba a suponer a nivel social y emocional para él. Además, los estudios sugerían que no era recomendable que el niño tuviera un brazo prostético funcional hasta después de sus 2 años, porque más adelante podría rechazar los prostéticos.

Aunque de oficio no era un ingeniero, la determinación que Ben demostró en ayudar a su hijo fue lo que le inspiró a diseñar un brazo prototipo para edades tempranas. Su objetivo era crear un miembro ligero, atractivo y hecho a medida - producido por una impresora 3D.

La tecnología que ha creado utiliza fluido para operar con un mecanismo de agarre hidráulico. Un idea inspirada en la manera en la que las arañas mueven sus patas utilizando presión de fluidos. En el prototipo de Ben, los sacos de líquido en el zócalo del brazo prostético se aplastan para controlar un mecanismo de agarre básico y permitir que Sol pueda mover su mano prostética.

"Sol, ahora ya con dos años, controla fácilmente su brazo hidráulico y es capaz de agarrar cosas fácilmente con su mano. Puede hacer el 90% de las cosas que un niño de su edad hace con sus dos manos. Ahora estoy buscando cómo ayudarle con ese 10% de tareas que le están resultando más difíciles" - nos comenta Ben, que está en todo momento buscando el desarrollo del brazo y actualmente trabajando en la funcionalidad de los dedos, que indudablemente será lo que incrementará su efectividad.

Estimulado por la rapidez y facilidad con la que Sol se había adaptado a su nuevo brazo, y el impacto positivo que esto había tenido en su vida, Ben lo tuvo claro desde el princpio - su concepto podría tener un impacto que cambiaría la vida de aquellos que se encontraran en situaciones similares.

Ben ha renunciado a su carrera docente y ha fundado la empresa Ambionics para desarrollar su tecnología en beneficio de los niños de todo el mundo.